Por diversas circunstancias, el Trekking Familiar de enero lo dejamos para el último domingo. ¡Parece que acertamos! Estuvimos bastantes en la excursión. Desde Boñar hay un desvío hacia el oeste que lleva hasta el pequeño pueblo de Barrio de las Ollas. Una vez tomado este desvío, nada más cruzar el puente sobre el Porma, aparcamos los coches. En esta ocasión estamos casi veinte personas. El día está frío, pero soleado y con muy poco viento. Iniciamos la marcha por una pista paralela al río hasta llegar a la altura del viaducto de FEVE.
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Iniciando la marcha |
Antes de cruzar este viaducto, tomamos un desvío hacia Barrio de las Ollas. En los tramos sombreados hay algo de nieve, y muchas zonas están encharcadas. Con cuidado podemos avanzar sin dificultad. Una vez en Barrio de las Ollas paramos un momento a la altura del apeadero de FEVE. Desde aquí hay una buena vista de Boñar y alrededores.
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Casi todos los excursionistas en el mirador del apeadero |
Cruzamos el pueblo y tomamos una pista que asciende un poco hasta hacerse de nuevo horizontal. Tenemos una estupenda vista del valle de Boñar y de los montes que hay alrededor.
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Ascendemos por la pista al final de Barrio de las Ollas |
Seguimos un tramo por esta pista sin apenas pendiente. Más tarde tomamos un desvío que nos acerca ya hacia nuestro objetivo principal: el reguero de Foces. Antes de adentrarnos en una zona de pinos, hacemos una parada al sol para tomar un refrigerio. Encontramos un muñeco de nieve en miniatura.
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Un muñeco de nieve diminuto |
Seguimos por el camino al lado del reguero de Foces. Tenemos que cruzarlo con cuidado para continuar por una pista entre pinos hasta lo alto de una bonita cascada. Vemos la cascada desde la parte superior, donde encontramos un Belén montañero.
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En la parte superior de la cascada |
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Belén de cumbres |
No es posible bajar sin riesgos hasta la parte baja de la cascada. Así que, una vez visto el lugar, damos la vuelta.
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De vuelta entre los pinos |
Tenemos que cruzar de nuevo el reguero y remontamos su corriente unos metros más. Llegamos ahora a otra cascada más pequeña. El agua abundante tampoco hace fácil acercarse a ella. Algunos, más aventureros, se arriesgas para hacer unas buenas fotos.
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Al lado de la segunda cascada |
Una vez vistas las dos cascadas, retrocedemos por la pista hasta llegar de nuevo a una zona de praderas.
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Volvemos a una zona de praderas |
Allí buscamos un lugar adecuado para parar a comer: al sol y protegido del viento suave, pero frío.
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Un lugar al sol para comer con tranquilidad |
La comida es larga y tranquila. Compartimos algunos majares, postres, dulces, galletas. La conversación es amena. Algunos aprovechan para una breve siesta. Estuvimos un buen rato disfrutando del sol, la tranquilidad y la conversación.
Tras el descanso retomamos la marcha. A nuestro lado hay un grupo de pinos con figuras curiosas en sus troncos.
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Los pinos de Hadapolis |
Seguimos nuestro camino buscando ahora otra pista que avanza hacia el este. En los tramos de sombra encontramos bastante nieve.
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Regresamos por otra pista |
Pronto tomamos un nuevo desvío hacia el sureste. Entramos en un bosque de pinos de gran talla. En las zonas de sombra encontramos más nieve.
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Caminamos por un bosque de pinos bastante altos |
Son poco más de las cuatro de la tarde, pero el sol va bajando y la temperatura también. Poco después de atravesar el bosque llegamos de nuevo a la pista que tomamos por la mañana. Estamos muy cerca de Barrio de las Ollas. De nuevo tenemos ante nosotros Boñar y su valle.
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Tenemos de nuevo Boñar a la vista |
Cruzamos otra vez el pueblo y regresamos por la carretera. Así llegaremos con el calzado más limpio que si seguimos por la pista que recorrimos por la mañana. Una magnífica excursión, un día fantástico y una compañía muy agradable.
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