Trekking

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sábado, 17 de febrero de 2024

Puerto Linares 11/2/2024

El primer Trekking Familiar Anciles del 2024 ha tenido que retrasarse hasta febrero. Nos reunimos en Pallide solamente cinco personas. El día está frío, el cielo cubierto y con amenaza de nieve. Desde la parte alta del pueblo tomamos una pista hacia el este. Al poco de iniciar el camino caen unos copos de nieve. Poca cosa.
Iniciando la excursión. Caen unos copos

Por el camino hay agua y barro. Decidimos hacer la ruta en sentido contrario. Nos consta que en el tramo de descenso habitual hay tramos encharcados. Los malos tragos, mejor al principio. A unos 500 metros del pueblo tomamos un desvío. Primero entre prados, pero enseguida entramos en una especie de pista estrecha. En efecto, enseguida encontramos agua en el camino. Tenemos que ir bordeando el camino para evitar los charcos y lagunas. Entramos en un robledal. El suelo está sembrado de hojas. Caminamos sin prisas, el recorrido no es largo y hay tiempo.
Entramos en un robledal

El camino va cambiando. Unas veces es una pista, otras veces una senda. En todo caso, sin grandes esfuerzos, vamos tomando altura. Ya no nieva, ni llueve, pero el cielo sigue cubierto de nubes oscuras. Las montañas que tenemos detrás están cubiertas por las nubes.
A veces caminamos sobre una senda

De vez en cuando tropezamos con una zona encharcada y debemos desviarnos del camino. Otras veces pasamos entre piedras sorteando pequeños cursos de agua. Salimos del robledal. Ya estamos a cierta altura y vemos el valle desde arriba. El paisaje merece una pausa para contemplarlo.
Una pausa para gozar del paisaje

En el fondo del valle observamos a varios caballos paciendo. Detrás de ellos vemos la pista por la que regresaremos más tarde. Al fondo montañas entre las nubes.
Al fondo del valle hay caballos pastando

Seguimos nuestro camino ascendente. Pronto entramos de nuevo en otro robledal. Este es más denso y con árboles más grandes. De nuevo el suelo está cubierto de hojas y las rocas cubiertas de musgo. Ahora el suelo está seco en su mayor parte. Es más cómodo avanzar.
Un robledal más denso

Seguimos caminando por el robledal cuesta arriba. Llegamos a una zona con hierba donde encontramos el chozo viejo. Una cabaña de piedra con un techo de retamas. Hacemos allí una breve parada para tomar un refrigerio y unas fotos.
En el chozo viejo

Retomamos el camino cuesta arriba. Pronto salimos del robledal a la parte alta del puerto de Linares.  Una zona despejada, con hierba y algunas retamas. Desciende un arroyo con un poco de agua. Aquí sopla una brisa fría. No es un lugar cómodo para parar en este momento.
En lo alto del puerto de Linares

Seguimos hacia el norte. Descendemos hacia el valle por el noreste. Llegamos a la parte baja. Desde aquí, una pista sigue hacia el noreste. Sube hasta la collada de Linares que desciende hasta Lois. Buscamos un sitio adecuado entre los pastos y paramos a comer. 
Descendiendo del puerto de Linares

Tras una comida tranquila, retomamos la marcha. Ahora todo será cuesta abajo.
Venimos desde el chozo, podríamos continuar hasta Lois

Buscamos la senda de vuelta. Esta sigue el recorrido del arroyo de Remolina. Pronto entramos en una zona rocosa. Cada vez más estrecha y complicada. Es el desfiladero, también llamado El Estrecho. El arroyo lleva bastante agua. Hay que cruzarlo varias veces entre las piedras. Es un paso un poco complicado, que lleva su tiempo y requiere cierta precaución.
Descendiendo el desfiladero

El tramo complicado no es largo, pero hay que descender con bastante cuidado. Las rocas mojadas resbalan y no queremos sorpresas. En todo caso, es un lugar precioso.
El desfiladero casi ya superado. El arroyo lleva bastante agua

Poco a poco, la senda se hace más sencilla. Seguimos bajando al lado del arroyo, pero ahora hay un camino más claro. Incluso en algunos tramos las piedras dejan lugar a la hierba. Ya pasó la zona complicada.
Hemos pasado la zona complicada

Seguimos descendiendo junto con el arroyo. Por el lado de la montaña, tenemos retamas, a la derecha, al lado del arroyo algunos arbustos. La senda irregular desciende con bastante pendiente. Llegamos a una construcción ganadera. El suelo está lleno de barro. Tenemos que cruzar por última vez el arroyo, ya bastante crecido. Unas piedras permiten pasar sin mojarse. Si tienes suerte....
Volvemos a la pista amplia

A partir de este punto volvemos a una pista amplia en buen estado que sigue paralela al curso del arroyo. Se acabaron las dificultades. El suelo está seco. Podemos conversar con tranquilidad. Es temprano y las nubes son ahora menos densas. No hay amenaza de lluvia o nieve.
Caminamos ahora con comodidad

Más adelante la pista se separa del curso del arroyo. Poco después gira hacia el oeste. Ya estamos cerca de Pallide, donde nos esperan los coches y, suponemos, un café calentito.
La pista se separa del curso del arroyo

Avanzamos alegres después de disfrutar de un día de excursión con cierto sabor de aventura, pero agradable y ameno. Al llegar al pueblo nos informan que no hay ningún bar abierto. No hay problema, pararemos en Boñar a tomar un merecido café.