Trekking

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miércoles, 15 de enero de 2025

Sahagún - Grajal 12/01/2025

 El pasado domingo hicimos la primera excursión de Trekking Familiar del presente año. Esta vez hemos viajado hasta Sahagún de Campos, al pie de la Virgen La Peregina. Hemos elegido un destino sencillo y llano por estar en pleno invierno. La excursión ha resultado muy interesante. Partimos al lado mismo del Santuario de La Peregrina y tomamos una pista que avanza hacia el sur, siguiendo el Camino de Madrid o Camino de San Francisco, que viene a unirse con el camino francés en Sahagún.

Iniciando la marcha al lado de La Peregrina

Estábamos más de veinte personas, incluidos algunos niños. ¡Una alegría! Hay bastantes para los que es el primer contacto con el Trekking Familiar Anciles. Vamos agrupados. El camino es de tierra, casi llano, el paisaje muy amplio, el día soleado y fresco. Condiciones casi ideales para una excursión.

Avanzamos agrupados en un paisaje muy amplio

Enseguida se inician las conversaciones amenas. Nuestro destino es Grajal de Campos. Son siete kilómetros de marcha por una pista muy sencilla. Pero nuestro destino está lejos.

Conversación amena

Pronto encontramos algunos charcos por el camino. Se vadean sin dificultad, pero los más pequeños aprovechan para lanzar piedras y divertirse. Es un gusto verlos corretear alegres sin peligro ninguno.

Aparecen los primeros charcos en el camino

Algunos acumulan piedras para lanzarlas sobre los charcos. Afortunadamente, son prudentes y no salpican a nadie. Los mayores nos divertimos con sus juegos.

Seguimos avanzando con el sol al frente

El camino es siempre parecido, pero no se nos hace monótono. Pequeños montículos que apenas sobresalen del paisaje, hacen que el horizonte cambie continuamente. La compañía amena hace breve el camino.

La compañía es amena

A eso de la una de la tarde hacemos una parada para tomar un aperitivo. Ya no queda mucho para llegar a Grajal de Campos. Tenemos cerca la línea férrea y vemos pasar algunos trenes.

Nos aproximamos a Grajal. Cerca la línea férrea

Ya vemos las torres y el castillo de Grajal. Se acaba la pista y tenemos que recorrer los apenas quinientos metros que nos separan de Grajal por una carretera desierta bajo la que cruza el río Velderaduey. Paramos un momento ante el castillo imponente de Grajal. Pronto localizamos una plaza con bancos y mesas muy cercano. Es el lugar perfecto para comer.

Una parada ante el castillo de Grajal

Compartimos alimentos entre las distintas familias. La sobremesa se alarga. Se está bien al sol bien sentado. Javier consiguió que nos abrieran el palacio de Grajal. Se trata de una construcción del siglo XVI de estilo renacentista. No tenemos guía, pero unos códigos QR nos explican muy brevemente cada estancia del palacio.

En el patio del palacio de los Vega

Al finalizar la visita nos hacemos una foto de todos en la escalera que sube a la planta superior.

Foto de todo el grupo

Antes de regresar nos hacemos otra foto de todo el grupo ante las murallas del castillo. La construcción es impresionante, aunque hoy está cerrado. Es el primer castillo artillero de España. Construido en el siglo XVI, tiene una muralla impresionante y bien conservada. El interior está totalmente relleno de tierra.

Ante el muro del castillo de Grajal

Emprendemos el regreso hacia Sahagún. Tomamos el mismo camino en sentido contrario. Ahora avanzamos con menos pausas, pero más tranquilos. 

Ya de regreso. Al fondo Grajal de Campos

El sol baja rápidamente por el oeste. Las sombras se alargan. Las conversaciones siguen amenas. Algunos están arreglando el mundo.

Reflejos de la tarde

Horizontes amplios

Como ahora avanzamos hacia el norte, en ocasiones vemos a los lejos los Picos de Europa. Solo los más destacados tienen nieve. Llegamos sin más novedades al punto de partida. Los asistentes han disfrutado. Los nuevo prometen venir a más excursiones.

Finalmente hemos recorrido 14 kilómetros. Aunque el terreno es llano, para algunos ha sido un esfuerzo considerable. En todo caso, ha sido una excursión muy amena y relajante.

martes, 17 de diciembre de 2024

Belén de cumbres 15/12/2025

 Como es tradición, en diciembre hacemos una excursión para poner un Belén montañero o Belén de cumbres. Esta vez nos hemos acercado al pueblo de Llamazares. La semana anterior cayó una nevada curiosa, así que nos encontramos con nieve. Esta vez iniciamos la marcha 17 personas. Un buen grupo. Nos costó encontrar lugar en Llamazares para aparcar los coches.

Iniciando la marcha por la pista nevada

A la mitad del pueblo parte una pista hacia el sur que asciende por la ladera. Es ladera norte, así que vamos siempre por la sombra. Al principio la nieve apenas cubre el camino. Se avanza sin dificultad. 

Somos un grupo numeroso

Pronto la pendiente se hace más fuerte. Y la nieve cubre más. Además, es blanda, en forma de polvo, así que hundes los pies bastante. Va a ser un esfuerzo importante.

Paisaje nevado fantástico

Desde luego, el paisaje es fantástico. La nieve cubre las laderas, los picos, los árboles también retienen nieve. El cielo está totalmente despejado. Aunque hace bastante frío, pronto entramos en calor.

El avance requiere esfuerzo. Entramos en calor

Dejamos a un lado el desvío que lleva hacia el Bodón. Nosotros seguimos hacia arriba por la ladera. Un poco más adelante, la pendiente se hace de nuevo más suave. El avance es más cómodo, pero la nieve cubre por completo la pista.

Seguimos por la pista, ahora con poca pendiente

De vez en cuando hacemos una parada para reponer fuerzas y reagruparnos. Hay gente que avanza con rapidez, mientras otros se lo toman con más calma. Vemos el sol a lo lejos. Todo el camino transcurre a la sombra de la montaña.

Ahora la pendiente es suave

Con tranquilidad seguimos avanzando. Nos sorprende encontrar por todas partes huellas de animales. Desde luego, de corzos, pero también otro tipo de animales. Claro que no vemos ninguno.

Alex intentando escalar un árbol

Se acerca la hora de comer. Ya que estamos cerca del punto más alto, buscamos un lugar donde llegue el sol. En una curva del camino, cerca del Pico Tizón, encontramos algo de sol. Es el punto ideal para poner el Belén.

Colocando el Belén

Allí mismo, entre unas rocas, colocamos el Belén. Como nos acompañaba Don Javier, nos bendijo del Belén y todo. A continuación, cantamos unos villancicos populares.

Cantando villancicos

Como teníamos algo de sol y el lugar nos pareció adecuado, aprovechamos para comer allí mismo. Claro que no había mucho sitio para sentarse. De vez en cuando caía algo de nieve desde los árboles. Una vez descansados y alimentados, retomamos la marcha. Todavía nos quedaba alguna cuesta hacia arriba. Afortunadamente poca cosa.

Pronto empezó el descenso suave

Pasamos por el punto más alto del recorrido, esta vez sí, y pronto comenzó el descenso. Afortunadamente un descenso suave. Pero a partir de ese momento volvimos a la sombra y al frío intenso. Claro que en movimiento apenas se notaba.

Continuamos el descenso por un hayedo

Cruzamos ahora por un hayedo precioso. Pero los árboles sin hojas y la nieve que lo cubre todo no nos permite apreciar los árboles. El camino sigue, es algo largo, pero se avanza con facilidad cuesta abajo y con poca pendiente, siguiendo por la pista amplia.

Salimos ya del hayedo

Salimos del hayedo y la pendiente se hace más importante. Nos esperamos hasta reagrupar a todo el grupo para tomar el desvío que no lleva hacia Redilluera.

Tomamos un desvío que nos lleva a Redilluera

El camino se estrecha un poco, pero está muy claro, incluso cubierto de nieve. Ahora la pendiente se hace más fuerte, en algún tramo hay que avanzar con cuidado... o dejarse caer entre la nieve. El descenso es bastante largo y el grupo se estira de nuevo.

Últimos metros antes de llegar a Redilluera

Los primeros que llegan a Redilluera esperan a los rezagados. Es una sensación extraña volver a pisar sobre terreno sólido. El plan inicial era regresar hasta el punto de partida por un camino, pero el cansancio era evidente, así que tomamos la carretera asfaltada. Poco más de un kilómetro sin pisar nieve es suficiente para que algunos calienten sus pies.

Regresamos por carretera

¡Caramba con los carámbanos! ¿O eran chupiteles?

Una jornada magnífica con un paisaje precioso, pero exigente. Nos hemos ganado un descanso hasta el año que viene. ¡Feliz Navidad y próspero 2025!

jueves, 17 de octubre de 2024

Acebal de acebos 13/10/2024

 En el Trekking Familiar Anciles de octubre nos hemos acercado hasta el pueblo de Villanueva de Omaña. Un pueblo pequeño situado en una zona montañosa muy bonita. Al final del pueblo, justo donde parte la pista por la que iniciamos la ruta, hay una zona para aparcar unos pocos vehículos. Un cartel explica la excursión que vamos a iniciar. Pero nosotros tomamos una variante.

Iniciando la ruta entre vacas

Tomamos una pista que avanza hacia el oeste remontando el curso del río Pequeño. Adelantamos a un rebaño de vacas que se quedan pastando en un prado a la izquierda de la pista. El cielo está cubierto, pero no amenaza lluvia, la temperatura es suave, ideal para una excursión.

Avanzamos por una pista en buen estado

El suelo está húmero por las lluvias de los últimos días, incluso de la noche anterior. Vamos solo cinco personas, será una excursión muy familiar. Llegados a una nave ganadera, tomamos un desvío por la parte de atrás de la nave. Aquí nos apartamos de la ruta oficial.

Pastos verdes, suelo húmedo y lleno de hojas

La pendiente de la pista por la que avanzamos es suave, se avanza casi sin esfuerzo. Tras un desvío equivocado, tenemos que rectificar ascendiendo una pendiente fuerte hasta alcanzar de nuevo la pista prevista. El suelo está cubierto de hojas secas propias del otoño. A nuestro lado todo tipo de árboles: abedules, robles, avellanos... Todo el campo está verde debido a las lluvias reciente.

Remontamos un arroyo entre abundante vegetación

Caminamos remontando un pequeño arroyo con buen caudal. Llegamos a un punto donde se juntan las aguas de dos arroyos y uno de ellos forma una pequeña cascada. El paisaje es realmente magnífico.

Pequeña cascada

Desde aquí la pista se va estrechando y gira hacia el suroeste. Seguimos remontando el curso de un arroyo. Ahora la pista, además de más estrecha, es un poco más complicada: más pendiente y en peor estado. Pero el paisaje se hace cada vez más bonito y salvaje. Un dosel de ramas cubre siempre nuestro avance.

El camino se hace más complicado, pero más bonito

En ocasiones, tenemos que cruzar el arroyo sobre las grandes piedras de su lecho. Pequeñas cascadas adornan el curso del arroyo, siempre tenemos su rumor al lado. De vez en cuando vamos viendo algunos acebos. 

Siempre tenemos el rumor del arroyo a nuestro lado

Caminamos por el fondo de un valle bastante cerrado. A ambos lados tenemos unas laderas empinadas. Avanzamos sin prisas y disfrutando del hermoso paisaje.

Paisaje otoñal

Después de bastante ascenso, volvemos a encontrar una pista más ancha y con algo de barro. Seguimos adelante entre una gran variedad de árboles. Todos los troncos están cubiertos de líquenes. A veces es difícil distinguir el tipo de árbol. Todos los troncos parecen iguales. Poco después dejamos a un lado el arroyo y el valle se abre, las laderas son más suaves y amplias. Por fin llegamos a una zona abierta, de pastos.

Zona de pastos, valle más despejado

Son las dos de la tarde. Vemos un muro de piedras amplio en una zona soleada. Es un lugar estupendo para parar a comer. ¡Allá vamos!
En este lugar paramos a comer

Con tranquilidad nos tomamos los bocadillos, empanadas, tortillas... compartimos algunas delicias. En este lugar se está muy bien. Hay un poco de sol, no sopla viento, podemos sentarnos, las piedras nos sirven de mesa. También compartimos conversación amena. Alrededor hay vacas pastando, un bosque con colores otoñales.
Dispuestos para reanudar la marcha tras la comida

Después del descanso decidimos descender un poco por la pista por la que llegamos y entrar en el bosque, hacia el este, hasta enlazar con la pista oficial de la ruta Acebal de acebos. Nos detenemos a observar algunos acebos imponentes. Los hay con las bayas rojas típicas que presentan un aspecto precioso. Dentro del bosque seguimos las sendas que encontramos.
Cruzando sin dificultad el bosque

Se avanza sin dificultad, hay sendas y el bosque no es denso. Es un paisaje distinto, lleno de árboles, con el suelo cubierto de una gruesa capa orgánica por la que se avanza sin dificultad. Pronto enlazamos con la parte superior de la pista. Ahora todo es más sencillo: solo hay que seguir pista abajo, hasta el pueblo.
Continuamos por la pista hasta el pueblo

El paisaje cambia bastante. Ahora hay menos humedad. La pista es amplia y con el firme seco. Seguimos el curso del río Pequeño, pero descendiendo. Normalmente tenemos el río un poco lejos de nosotros. Seguimos encontrando abedules, acebos, robles, hayas y otra variedad de árboles.
El valle es más abierto

El valle es menos cerrado que el de la mañana, pero sigue siendo un paisaje bonito. A los lados del camino encontramos de nuevo una gran variedad de setas de gran tamaño. El descenso es rápido y cómodo.
Abundantes macrolepiotas

Sin mucho esfuerzo, nos vamos acercando al punto de partida. Cruzamos el río por un puente y pronto llegamos a la nave ganadera que dejamos a la izquierda por la mañana. En la parte baja del camino sí que hay de nuevo humedad y algunos charcos.
Cerca del pueblo cruzamos el río Pequeño

Desandamos el camino de la mañana y pronto estamos en Villanueva de Omaña. Ha sido una excursión realmente bonita y poco exigente. Nos queda tiempo de tomarnos un café en un pueblo cercano. El próximo mes buscaremos otro bosque.