Trekking

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martes, 10 de junio de 2025

Lagos de Saliencia 8/6/2025

 Acabamos el curso con una excursión muy bonita: los lagos de Saliencia o lagos de Somiedo. El punto de partida es el alto de la Farrapona, en el límite entre Asturias y León. Desde hace aproximadamente dos años, se ha asfaltado la pista que llegaba allí desde Torrestío. Ahora es muy fácil llegar en coche desde León a lo alto. Tan fácil, que costó encontrar sitio para aparcar el coche. Allí nos encontramos seis personas del grupo para la excursión. El día es soleado con una ligera calima, la temperatura no es muy alta. Pero hay mucha, pero mucha gente allí.

Iniciando la marcha desde el Alto de la Farrapona

Tomamos una pista que, al principio, desciende ligeramente hacia la zona de los lagos. Al poco de iniciar la marcha encontramos un mirador muy bien preparado. Allí hacemos una primera parada para contemplar el paisaje. Ante nosotros tenemos, en primer lugar, el profundo valle glacial que baja hacia Asturias. De frente la mole de la Sierra de los Bígaros. Detrás de nosotros el alto del Colladín.

Todos en el mirador, al inicio de la ruta

Continuamos la marcha hasta llegar a las inmediaciones del primer lago: el Lago de la Cueva.
Ante el lago de la Cueva

Para quien no lo conoce, sorprende el paisaje: una profunda hondonada con un lago mediano rodeado de montañas por todas partes. La pista por la que avanzamos es de tierra roja por el mineral de hierro que se extrajo muy cerca hasta no hace muchos años. Por la pista vamos acompañados de bastante gente.

Mirador sobre el lago de la Cueva

Viene ahora la parte más exigente de la excursión. La pista asciende con una pendiente fuerte y en zigzag. No es un tramo muy largo. Llegamos a otro mirador más alto donde vemos el lago de la Cueva y la senda que recorreremos a la vuelta. Un cartel explica la historia de la mina de hierro cercana. La pista continúa en ascenso algo menos pronunciado.

Últimos tramos de ascenso fuerte

Dejamos atrás el lago de la Cueva y llegamos a una pequeña laguna con poca agua y bastante vegetación, la laguna de Almagrera. Seguimos por la pista y llegamos al punto más alto de la ruta. Vemos ahora el lago Cervieriz, también al fondo de una depresión y rodeado de montañas.

Última vista del lago de la Cueva

Hacemos una breve parada para reponer fuerzas. Después, seguimos la pista hacia el oeste, camino del lago del Valle. Pero pronto nos desviamos y bajamos entre las praderas hacia el lago Cervieriz.

Descendiendo hacia el lago Cervieriz

Los pastos están verdes y llenos de flores. Las retamas también están en flor. El paisaje es maravilloso. Una primavera exuberante.

Ante el lago Cervieriz

Avanzamos un tramo a la orilla del lago. Superado éste, encontramos una senda que asciende ligeramente y nos lleva hasta el lago Calabazosa o lago Negro.

Superando el lago Cervieriz

Son casi las dos y media de la tarde. Deliberamos un momento sobre qué lugar será el más adecuado para hacer una parada y comer. En este último tramo, apenas encontramos gente.

Primeras vistas del lago Calabazosa

Nos acercamos hasta las proximidades del lago. Una pequeña colina redondeada y verde nos sirve de lugar para reposar y recuperar fuerzas. No estamos solos, hay gente a la orilla del lago o caminando por las sendas próximas. En todo caso, no hay tanta gente como en la pista del inicio del recorrido.

Recorremos la orilla del lago. Hay renacuajos y peces

Tras una comida tranquila y una breve siesta, reiniciamos la marcha. Seguimos recorriendo la orilla del lago, rodeándolo por el sureste. A la orilla del agua hay abundantes renacuajos y algunos peces pequeños. La senda está bien marcada. Por las laderas descienden algunos arroyos que permiten al lago mantener el nivel de agua bastante alto.

Una pequeña elevación en la orilla este del lago

Seguimos rodeando el lago. El camino sube por la ladera. Dejamos atrás el lago y subimos hasta la Horcada de Calabazosa. La senda, bien marcada, asciende entre retamas en flor. El campo amarillo y verde parece un sueño.

Ascendiendo la Horcada de Calabazosa

Dejamos atrás el lago Calabazosa y avanzamos primero entre pastos y después entre rocas. La senda no tiene pérdida posible. 

Hemos dejado atrás el lago Calabazosa

Superamos un collado y vemos de nuevo el lago de la Cueva y el inicio de la pista por la que llegamos al principio. Nuestra senda continúa a bastante altura por la ladera este, rodeando el lago.
Bordeando el lago de la Cueva por la ladera este

De nuevo encontramos bastante gente siguiendo esta senda. Hay muchas sendas que se entrecruzan. Las vistas del lago desde la altura son magníficas.
Numerosas sendas bordean el lago de la Cueva

Seguimos por el camino rodeando el lago. La senda desciende poco a poco acercándonos al inicio de la ruta. 
Seguimos bordeando la ladera del lago de la Cueva

Por fin llegamos al inicio del camino. Encontramos dos construcciones que sirven de refugio ocasional.
A punto de llegar a la pista de inicio de los lagos

Ya en la pista, paramos para contemplar por última vez los lagos y hacernos alguna foto con todo el equipo de excursionistas.
Los seis montañeros al final del recorrido

Remontamos la ligera pendiente de la pista hasta llegar de nuevo al alto de la Farrapona. Todavía encontramos abierto un chiringuito con bebidas frescas. Ha sido una excursión muy completa y que recordaremos siempre. Un buen final de curso.

miércoles, 28 de mayo de 2025

Ermita de Peñafurada 25/5/2025

 Por diversas circunstancias, tuvimos que retrasar el Trekking Familiar de mayo hasta el último domingo. Lo cierto es que tuvimos muy buen tiempo. Llegamos al punto de partida, a las piscinas de Tremor de Arriba a eso del mediodía, como estaba previsto. En esta ocasión somos pocas personas, solo cuatro.

Tres personas y el fotógrafo

Partimos ya desde un punto alto, pero los primeros tramos son de una pendiente intensa. Tomamos una pista que avanza hacia el norte por la parte alta del monte. Los primeros minutos de camino no son especialmente agradables. Recorremos antiguas pistas mineras y estamos rodeados de lo que fueron escombreras en proceso avanzado de rehabilitación.

Primeros tramos poco agradables

Como ganamos altura rápidamente, el paisaje se va abriendo. Ante nosotros sigue la pendiente y el monte sin mucho interés, pero detrás de nosotros hay un paisaje muy amplio. A lo lejos vemos la sierra del Teleno, todavía con algunas manchas de nieve en su parte norte.

A lo lejos, detrás de nosotros la Sierra del Teleno

A nuestra izquierda encontramos, abajo el pueblo de Tremor de Arriba; el valle, profundo y verde del río Fullinos, que pasa por Tremor; detrás otra montaña en proceso de rehabilitación. A nuestra derecha, también profundo, el valle del río Suspirón; detrás la Sierra de Gistredo con un parque eólico.

El paisaje va tomando color. Detrás la Sierra de Gistredo

A medida que tomamos altura, dejamos los paisajes rehabilitados, todavía sin vegetación, y vamos encontrando retamas en flor y vegetación de monte. La pista se vuelve casi horizontal, con pequeños desniveles. Empieza a soplar una brisa ligera. El camino se hace mucho más agradable.

El paisaje es ahora totalmente natural

Hemos dejado atrás las intervenciones humanas, no siempre afortunadas, y encontramos ahora un paisaje totalmente natural. La única intervención humana es la pista por la caminamos. A los lados las retamas en flor alegran el camino.

Una parada en el camino para contemplar el paisaje

Hacemos una breve parada para reponer fuerzas. Seguimos caminando. La ermita de Peñafurada no está ya lejos, pero no podemos verla todavía. Por el camino vamos charlando amigablemente. Hace un tiempo estupendo para una excursión.

Nos acercamos a un bosque de robles

Durante la marcha hemos encontramos muchas matas de roble con las hojas recién brotadas, todavía no plenamente desarrolladas. Entramos ahora en un robledal. Al principio son robles pequeños, pero un poco más adelante, ya son árboles bien desarrollados, aunque no muy grandes.

Cruzando el robledal. Por fin encontramos sombra

Aquí no sopla nada de viento, así que se agradece encontrar algo de sombra. Pronto vislumbramos el tejado de la ermita. Estamos llegando a nuestro objetivo principal.

Por fin, vemos la ermita de Peñafurada

La ermita es una construcción no muy grande, pero en buen estado, rodeada de un césped muy crecido y lleno de flores amarillas y blancas.

La ermita rodeada de césped y flores

Por un pequeño ventanuco abierto podemos intuir el interior de la nave. No podemos ver la imagen de la Virgen. Según la tradición, la Virgen se apareció aquí a un pastor que cuidaba su rebaño. Llevó la imagen a Posada de Omaña, pero la imagen retornaba al lugar de la aparición. Así que decidieron levantar aquí la ermita. 

Ante la ermita de Peñafurada o de la Casa

Cada 15 de agosto se celebra aquí una romería que convoca a gentes de los pueblos cercanos de ambos lados de la sierra de Gistredo. Decidimos que, dada la hora, este era un buen lugar para comer. Encontramos sitio para sentarnos a un lado de la ermita. Compartimos comida y conversación. Una conversación muy interesante, por cierto. Acabamos rezando una Salve a la Virgen.

Ante la ermita la hierba está muy alta

Estuvimos valorando la posibilidad de regresar por el valle del río Fullinas, al oeste de nuestro camino. Nos decidimos por lo conocido y sencillo. Regresamos por el mismo camino. No hay prisa, y ya sabemos lo que nos espera. Volvemos con tranquilidad sobre nuestros pasos.

Listos para el regreso

Volvemos a cruzar el robledal. Salimos de nuevo al sol. Ahora hace más calor, pero la mayor parte del camino es hacia abajo y se hace más cómodo.

Regresamos sin prisas

De vez en cuando encontramos un repecho que se nos hace largo, pero el paisaje es maravilloso.

Tenemos que superar ese repecho

Seguimos con la conversación de la sobremesa. Es complicado arreglar el mundo. Sobre todo, porque no nos dejan a nosotros....

El paisaje es impresionante

La vuelta se nos hace bastante más corta. Llegamos muy pronto al coche. Tenemos tiempo de tomar un refresco hidratante en Tremor. La primavera es maravillosa.

lunes, 28 de abril de 2025

El bosque de los enanitos 23/04/2025

 En el mes de abril hemos decidido dejar el Trekking Familiar Anciles para el día 23, día no laboral en León. Por fin hemos tenido buen tiempo y hemos podido ir hasta los alrededores de Almanza para visitar el bosque de los enanitos y el paraje de La Cota.

Aparcamiento del bosque de los enanitos

A la altura del kilómetro 3 de la carretera que va desde Almanza hasta Corcos, se inicia el recorrido. Encontramos un aparcamiento amplio para los coches. Nos juntamos allí nueve personas y dos perros. Iniciamos la marcha por una pista forestal amplia.

Iniciando la excursión

Pronto tomamos un desvío y entramos en el bosque de los enanitos. Es una zona con hierba y robles prominentes. Allí han instalado unas cuantas figuras de la historia de Blancanieves. Está Blancanieves, unos cuantos enanitos, la bruja.... Además, hay mesas, un tobogán y diversos juegos para niños.

Lugar ideal para niños pequeños

Un lugar muy adecuado para venir con los más pequeños de la familia. ¡Lástima que a todos los presentes nos quede lejana la infancia!
En este árbol está la bruja

Aprovechamos para parar allí y tomar un aperitivo. ¡Y eso que acabamos de iniciar la marcha! Tras el breve reposo, tomamos una senda que parte al lado del árbol de la bruja. Estamos rodeados de robles por todas partes.

Senda en medio de un robledal

La senda sale a una nueva pista en la zona más alta del recorrido. Seguimos por la pista forestal en medio del robledal. Hay abundantes brezos en flor. El día está soleado, pero no hace calor. Tiempo ideal para una excursión.
En la pista. Los brezos en flor

Avanzamos ahora en ligero descenso con absoluta comodidad. Vamos conversando amigablemente. De vez en cuando llegamos a un desvío. El guía debe decidir el camino más adecuado. Afortunadamente nunca nos perdimos.

Caminamos tranquilos entre robles

Los robles que encontramos por el camino son de tamaño mediano. Pero de vez en cuando encontramos algunos de mayor porte. Tienen sus primeros brotes, pero todavía están sin hojas.

Encontramos robles medianos y grandes

No tardamos mucho en llegar a una zona con hierba verde y una laguna. La laguna de La Cota. Como hemos tenido una primavera muy lluviosa, parece que la laguna tiene más agua de la habitual. Los perros enseguida entran al agua. Les lanzamos palos o piedras y las siguen. Se lo pasan fenomenal.

Los perros disfrutando del agua

Se está bien aquí, así que buscamos refugio a la escasa sombra de un gran roble. Alguien saca el bocadillo. A los demás nos entra el hambre, así que nos ponemos a comer. Un lugar muy confortable, contemplando la laguna y el disfrute perruno.

Comiendo a la escasa sombra de un gran roble

A una comida tranquila le sigue una siesta más tranquila todavía. Mientras algunos reposan, otros, más inquietos, exploran el terreno. Muy cerca tenemos el paraje de La Cota. Es un lugar un poco más elevado, con pastos y dos construcciones. Aquí hay varios robles realmente prominentes.

Los robles de La Cota

Al ser un lugar algo más alto, tenemos unas vistas preciosas hacia el noreste. Podemos ver montañas lejanas que en sus cumbres todavía conservan algo de nieve.

Amplio horizonte desde La Cota

En ese momento empezamos a escuchar ladridos de perros y sonido de esquilas. Se acerca un gran rebaño de ovejas. Y vienen justo a este lugar. 

Imponente roble en La Cota

Es el momento adecuado para reemprender la marcha. Tomamos otra pista que desciende suavemente. Seguimos caminando entre robles.

Seguimos por una pista entre robles

Ahora sí que hace un poco de calor al sol. Pero se avanza con comodidad. Seguimos caminando hacia el este por la pista forestal entre los robles. Pasamos al lado de la fuente Gamonal.
Por la tarde hace más calor

La pista tiene subidas y descensos muy suaves. Vamos sin prisa, aunque algunos van más rápido que otros. Los perros corren a su gusto por estos parajes. De vez en cuando paran para oler algo y seguir una pista. Pronto vuelven con sus dueños.
Hay subidas y bajadas muy suaves

Caminamos con comodidad. Por fin llegamos a la carretera. Hemos hecho una ruta circular más larga de la inicialmente prevista. Al otro lado de la carretera hay una nueva laguna. Este año no faltará el agua.

Remontamos la carretera alrededor de un kilómetro hasta llegar al punto de partida. Antes del viaje de vuelta, tenemos tiempo de tomar un largo café en Almanza. Una excursión muy sencilla en un día magnífico. Un descubrimiento interesante. Algún nieto conocerá el bosque de los enanitos en algún momento.