Para el mes de junio teníamos previsto ir a Burón para recorrer los valles de Mirva y Rabanal. Pero por diversas vicisitudes nos retrasamos en la salida y, además, estábamos pocas personas. Sobre la marcha decidimos cambiar a un destino, bonito también, pero más cercano: la ruta de las cascadas del río Faro, en Redipuertas. ¡Parece que la elección fue acertada!
Iniciando la ruta en Redipuertas |
La ruta asciende por una pista partiendo del pueblo de Redipuertas. A la salida del pueblo encontramos la primera cascada: El Saltón. Con bastante caudal de agua, acaba en una pequeña poza apta para el baño. A continuación, pasamos al lado de la iglesia del pueblo.
La pista asciende, en ocasiones con una pendiente regular, al lado del río faro que da nombre a la ruta. El río nace en la ladera sur del pico del mismo nombre. El día es muy caluroso y apenas hay sombras. Encontramos cerezos silvestres. Los mismos que hace un mes estaban en flor, ahora tienen ya sus minúsculas cerezas incipientes.
Al lado de una de las cascadas del recorrido |
De vez en cuando un cartel de madera anuncia la presencia de una cascada. Estas cascadas están siempre apartadas de la pista de ascensión. Unas veces están muy cerca del camino, pero en ocasiones están más lejos y con una senda de acceso muy estrecha. Solo paramos en algunas sencillas o más destacadas.
El valle del río Faro es amplio y colorido |
El paisaje está precioso: retamas y brezos en flor. Los picos del Faro con la puerta del Faro al fondo del valle. Algunos neveros en lo más alto. Paramos en la cascada del reguero Cándano, apartada en el lado izquierdo del camino. Es una caída de agua imponente, el agua cae pulverizada. Es muy apropiado para darse una ducha, vestido y todo.
Cascada del reguero Cándano |
Regresamos al camino. Pronto pasamos unas majadas. Un poco más allá está la cascada de la Requejá, punto final de la ruta. Es una cascada, también de bastante desnivel, con varias caídas de agua a distintas alturas. Otra oportunidad de ducha para refrescarse.
Ducha refrescante en la última cascada |
Un pequeño árbol da sombra suficiente para los que vamos. Es el momento de parar a comer con tranquilidad. Mientras comemos se acercan algunos excursionistas más. Hoy esta ruta, muy conocida, está bastante concurrida.
Comida y descanso al lado de la última cascada |
Tras una comida tranquila, nos tomamos un buen rato de descanso y conversación. Recordamos otras excursiones, anécdotas y sucesos. No hay prisa por regresar. Se está bien aquí y el recorrido de vuelta es breve.
Descendiendo hacia Redipuertas |
Por fin emprendemos el regreso. Cuesta abajo, sin demasiada pendiente, todo es más cómodo. Ahora tenemos frente a nosotros el pico Espina, y a la izquierda el pico Agujas. El descenso es breve y rápido sin necesidad de correr. Tenemos tiempo de tomar un helado en Redipuertas antes de regresar a casa. La siguiente excursión será después del verano.
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