Tras llegar con los coches al punto de partida, daba la impresión de que para alguno aún no había amanecido. |
Para probar la nieve no hizo falta alejarse mucho de la carretera. |
Dejando atrás la carretera, tomamos la pista que nos ha de llevar a Borbusende, con escasa nieve en la primera parte. |
Avanzamos con la Peña el Salto al fondo, ... |
... para bordear luego la Peña de las Arregueras, en cuya ladera pudimos ver de lejos varios rebecos. |
Las comunicaciones entre los miembros del grupo se facilitaron mucho con el uso de los walkie-talkies. |
Más adelante, la pista estaba completamente cubierta de nieve, y así comenzamos a recorrer el valle de Borbusende. |
Inevitable hacer una parada para descansar y reponer fuerzas, ... |
... y, tras caminar sobre la nieve solo media hora más, encontramos un lugar suficientemente despejado para poder sentarnos y comer. |
No se sabe si por cansancio o sueño, los más jóvenes parecían encontrarse agotados a estas alturas, ... |
... pero, tras la comida, fueron los primeros en retomar la actividad, a la vista de que los mayores no se decidían a proseguir la marcha. |
Con el día tan soleado y el paso de las horas, la nieve se ha ido ablandando y es fácil hundirse en ella, ... |
... de modo que solo se libran los que menos pesan. |
Mientras algunos se dedican a andarse por las ramas... |
... otros inician una breve batalla de bolas de nieve. |
Retornamos por el mismo camino, con algo más de dificultad para avanzar con la nieve reblandecida. |
Como guinda de la excursión, nos detenemos junto a la presa del embalse para buscar un Geocaching muy bien escondido... |
... que finalmente no pudo resistirse a la habilidad de los expertos "buscatesoros". |
¡Esto ha sido mucho más de lo que esperábamos! ¡Nos vemos en la próxima! |
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