En marzo nos hemos ido hasta Geras para hacer un recorrido, remontando el curso del río Casares, hasta el embalse. A pesar de tener buen tiempo, no estuvimos muchos en la excursión. En la parte norte del pueblo parte una pista forestal amplia. Pronto comprobamos que hay bastante agua y charcos por el camino.
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Iniciando el camino |
En las cumbres cercanas hay algo de nieve. Tenemos que ir sorteando charcos, con peligro de resbalar. Incluso hay alguien que cae entre el barro....
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Algunos de los excursionistas |
Pasamos al lado de un puente que cruza el arroyo, pero seguimos por el camino principal. Ahora la pista asciende por un pendiente fuerte. Tiene una ventaja: no hay charcos. Hasta que descubrimos que la pista termina al pie de una torre de alta tensión. Vemos que el camino continúa, más estrecho, al otro lado del río. No hay opción de cruzar. Tenemos que desandar un tramo y cruzar el puente. En ese momento hacemos una breve parada para reponer fuerzas.
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Una breve parada para reponer fuerzas |
Al otro lado del río la pista forestal se convierte pronto en una senda estrecha pero bien marcada. Subimos a una zona de rocas. Cruzamos un pequeño arroyo que baja del monte.
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Muxu cruzando el arroyo en sentido contrario |
A todo esto, nos acompaña Muxu, el perro de Elías, que disfruta correteando a nuestro lado. Atravesamos el punto más alto del recorrido entre rocas. A continuación, bajamos por una zona boscosa.
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El punto más alto del recorrido, entre rocas |
Llegamos de nuevo a la altura del río Casares. Lo cruzamos por un puente de madera.
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Puente de madera sobre el río Casares |
Pronto el camino vuele a ascender. Ya estamos cerca del embalse. Los más jóvenes nos llevan ventaja. Tienen que esperarnos un poco para no perder el camino. Acabamos en una zona rocosa. Debajo tenemos un edificio que parece una central eléctrica. Seguimos por una senda entre rocas.
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Una senda entre las rocas |
Pasamos un collado y salimos a una carretera estrecha. Un poco más lejos vemos los muros de contención del embalse. Enseguida llegamos a la altura del agua. Las vistas son grandiosas: frente a nosotros las cumbres de las Tres Marías con nieve y a sus faldas el pueblo de Casares.
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Las Tres Marías nevadas. A sus pies el pueblo de Casares |
Seguimos un tramo por la carretera. Pronto llegamos al muro del embalse. Mirando desde lo alto del muro hacia abajo impresiona su altura. Al otro lado del muro hay un mirador donde paramos a comer. Es una zona recogida y agradable.
Tras la comida tranquila reemprendemos la marcha por el mismo recorrido en sentido contrario.
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En lo alto del muro con las Tres Marías al fondo |
Ahora conocemos bien el recorrido y no hay peligro de perder el camino. Aunque hay algún tramo de subida, la mayor parte del trayecto es cuesta abajo. El sol nos da ahora casi de cara y hace calor. El camino de vuelta no tiene más historia.
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Acabando el recorrido de vuelta |
En el recorrido de vuelta el suelo está un poco más seco. A eso de las cinco y media estamos de vuelta en Geras. Una excursión muy agradable con buen tiempo y en familia.
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