Este mes de enero tuvimos que aplazar la excursión por mal tiempo. Finalmente el día 27 decidimos cambiar de destino en el último momento porque podríamos encontrar nevadas y vientos muy fríos en la zona de Babia prevista en un primer momento. Como, además, éramos pocos decidimos visitar una zona poco conocida: La Cepeda.
Nos fuimos hasta el pueblo de Benamarías. Desde aquí parte un camino que recorre, montes de robles, pinos y campos de centeno: la ruta del Celemín.
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Cartel explicativo de la ruta |
Es un recorrido circular de 12 Km. y escasos 200 metros de desnivel, muy sencillo. El día es soleado, casi sin nubes encima, pero bastante ventoso y frío. El primer tramo del recorrido nos lleva hasta una balsa de riego con el pretencioso nombre de embalse de Benamarías.
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Embalse de Benamarías |
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Ante el embalse de Benamarías |
Después el recorrido sigue monte arriba acercándose al monte de El Celemín. La vegetación cambia de pequeños robles a pinos plantados.
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Pasado el embalse, ascendiendo hacia el Celemín |
Pasado el pinar bajamos de nuevo. De vez en cuando encontramos pinos realmente grandes. Autóctonos, por lo que parece. El camino es solitario, solo encontramos un par de cazadores. Tras mucho recorrido llegamos al pueblo de Zacos. Muy bonito, con buenas casas, pero casi despoblado. Seguimos recorrido, ya hacia el sur. El paisaje cambia, ahora hay campos de cereal y robles.
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Pasado Zacos, campos y robles |
Paramos a comer en un alto entre unos pinos grandiosos. El viento es fuerte e inmisericorde. Rápidamente retomamos el camino y pronto regresamos a Benamarías. Aquí, el único autóctono que encontramos, nos dice que el único bar de la zona está en Vega de Mazar. Allí nos dirigimos para tomar un café y entrar en calor.
Esta fue nuestra excursión de enero. Tranquila y en una zona poco conocida.
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