Trekking

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miércoles, 12 de marzo de 2025

Vía verde del Esla 9/3/2025

Para el mes de marzo teníamos pensado acercarnos a las proximidades de Almanza para hacer un recorrido por el bosque de los enanitos. Pero las lluvias de toda la semana y las previsiones para el fin de semana, nos llevaron a cambiar de destino. Elegimos la Vía Verde del Esla. Acertamos con el cambio. En el viaje hasta Valencia de Don Juan se fue alternando la lluvia fuerte con la lluvia suave. Incluso en algunos momentos no llovía. Pero ya en Valencia de Don Juan, no volvió a llover.

Las vías verdes son una serie de sendas que hay en toda España que aprovechan el recorrido de antiguos ferrocarriles ya fuera de uso. Se acondiciona la antigua vía para recorrerla en bicicleta o a pie. Tiene la enorme ventaja de que son recorridos casi planos y, por tanto, muy asequibles.
A la salida de Valencia de Don Juan

La vía que recorremos hoy es un tramo entre Valencia de Don Juan y Castrofuerte, con un recorrido de unos 10 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta. Este antiguo tren perteneciente a la Compañía de los Ferrocarriles Secundarios de Castilla, inició su funcionamiento en 1915 para llevar la producción agrícola de la zona. El recorrido completo se iniciaba en Palanquinos y terminaba en Medina de Rioseco. También se le conocía como "el tren burra". La línea se clausuró en 1969.

La previsión del tiempo debió amedrentar a mucha gente. Solo estábamos ocho personas. Partimos desde el pabellón municipal Vicente López, en Valencia de Don Juan. La vía tiene un suelo de tierra apisonada y no hay nada de barro. Ni siquiera hay charcos, a pesar de las lluvias de la semana.
El suelo, de tierra apisonada, está en muy buen estado

El cielo está cubierto y la temperatura es fresca. Es casi lo ideal para una excursión. El paisaje no es muy variado, todo es plano, apenas hay alguna colina pequeña. Avanzamos en pequeños grupos charlando y contemplando el paisaje.
Caminamos en pequeños grupos

A los lados del camino encontramos pequeños árboles bien cuidados. Algunos de estos árboles, todos sin hojas, están llenos de flores blancas que les dan un aspecto precioso. El suelo se llena de pétalos blancos.
Árboles en flor, el suelo lleno de pétalos blancos

Avanzamos sin prisa, pero apenas paramos. Cruzamos algunos puentes con una valla de madera a los lados. A la vera del camino siempre hay vegetación cuidada. Los árboles tienen riego.
Javier llevó un paraguas que no necesitó

Poco a poco vamos haciendo kilómetros. El recorrido siempre es llano. Y casi recto. Apenas hay algunas curvas muy poco pronunciadas.
Pista recta y árboles a los lados

A eso de la una de la tarde hacemos una breve parada para tomar un aperitivo. Después, seguimos de nuevo hacia adelante.
Seguimos avanzando

A partir de un punto, la pista de grava se convierte en pista asfaltada. Para bicicleta es un camino ideal, muy suave.
Al final del recorrido, la pista está asfaltada

Casi sin darnos cuenta, llegamos al final del recorrido. Entramos en Castrofuerte. Encontramos una casita de ladrillos encantadora y muy cuidada. Quizá fuera en su momento del ferrocarril, pero ahora es una vivienda particular.

Comemos con tranquilidad. El cielo se va despejando. Una vez comidos y descansados, iniciamos el regreso por el mismo camino. Incluso sale el sol.
A la vuelta sale el sol

Por la tarde avanzamos un poco más rápido. ¡Y eso que vamos cuesta arriba! Claro que solo son 15 metros de desnivel en todo el recorrido.
Regresando a Valencia de Don Juan

Entre ida y vuelta nos recorrimos unos 15 kilómetros. Así que al llegar tenemos que reponer fuerzas en un bar cercano. Después de todo, el tiempo se ha portado muy bien.