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| La Brañuela. |
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| Nos ponemos en marcha sin muchas prisas. |
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| Los más jóvenes estaban impacientes por comenzar la caminata... |
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| ... pero muy pronto se empezaron a cansar. |
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| El hayedo del valle de Pinzón, con su aspecto y colores otoñales, nos entusiasmó. |
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| Una parada más, antes de iniciar el último repecho. |
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| Y, por fin, alcanzamos el collado Pinzón, con el cielo ya completamente despejado. |
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| De nuevo Vera nos acompañó en esta excursión... |
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| ... y volvió a sorprendernos con sus habilidades acuáticas. |
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| Después de pasar por Isoba, en el valle de Langreo todos preguntaban lo mismo: ¿y cuándo vamos a comer? Pues por allí mismo encontramos un lugar apropiado y tranquilo. |
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| Ya por la tarde, seguimos a la vera del río Isoba, con un caudal bastante crecido. |
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| Algunos pudimos asomarnos al Pozo de la Leña, con las últimas luces del atardecer. |
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| ¡Bueno, chicos, esto no ha estado nada mal! Para la próxima, repetiremos. |
